La verdad es que estoy sorprendida. En mi casa no tenemos conexión a Internet desde ayer y eso me ha permitido sentir, como nunca antes, la manera en la que mi ecosistema familiar se ve afectado. Cada dia vivimos con más intensidad blended lives: ayer en la tarde el teléfono celular no dejo de sonar, bien fuera con una llamada o un mensaje de mis hijos, quienes se alternaban para decir que no habia conexión, que qué podían hacer. Luego de todas las indicaciones de cables desconectados y reconectados, el reseteo del modem no una sino varias veces, la sospecha más temida se convirtió en realidad: no hay conexión en casa. Llamadas a cantv.net y el mensaje automatizado: «Estimado cliente, en estos momentos estamos presentando fallas en la plataforma de conexión a ABA internet. Le pedimos disculpas». Calma, respirar profundo y esperar. Esta mañana la llamada resulto en una voz «real» de un atento joven que, luego de realizadas algunas pruebas me dio un número de reporte y dijo que en 24 o 48 horas se pondrían en contacto conmigo de nuevo.
Lo cierto es que, despues de mucho tiempo, antes de dormir vi televisión y leí algunas páginas de la novela La enfermedad de Alberto Barrera Tsyska, cuando por lo general lo que hago es desconectarme de internet e ir a la cama.
Lo cierto es que ya se enterarán cuando tenga conexión. Por lo pronto, escribo en un cyber… por supuesto, sin la misma dedicación a bloglines.