La carita felíz venía de hace mucho tiempo, asi como los dibujos de «Amor es…», pero cuando fueron trasladadas las caritas para expresar un poco de emocionalidad a la fría comunicación por ordenador, lo que se iniciaba era una nueva manera de comunicarse. Los emoticons, unos más sencillos o complejos que otros, venían a llenar un vacío y a dar un poco de «humanidad» a la comunicación vía internet.
Sincréticos, condensan en una expresión lo que al destinatario le merecerían muchas líneas de lectura y probalemente nunca sean tan eficientes como la imagen. Hoy en día se les consigue en todos los sistemas de messenger y, donde nos los hay, como en gmail, uno se los inventa, son parte integral de la comunicación a través del teclado y la pantalla. Todo un tema, por cierto, acerca del cual discurrir.
Usarlos es todo un arte y la verdad es que muchos abusan de ellos pero una buena carita, es decir, una buena expresión entre líneas puede ser de gran impacto. Aunque tengamos que leerlos de lado :
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Curiosa reflexión. Sí, es cierto que los emoticones son tan eficaces como singulares.
Es curioso cómo, incluso a los que nos gusta juntar palabras por el placer de leerlas, en ocasiones nos llega más adentro una imagen que mil palabras. ¿Sería así al principio de los tiempos, antes de la primera palabra? Una mirada igual a un mensaje, la comunicación en estado puro.