En el blog Actualidad Literatura leo que la casa editorial Random House Mondadori ha implementado en España un sistema automatizado de catalogación y empaquetamiento de libros. La noticia de entrada me pareció curiosa porque me pregunté cómo una máquina podía hacer tal clasificación. Al leer la descripción, lo entendí:
El ingenio, creado por la firma Distrisort, consiste en un complejo conjunto de cintas transportadoras, cámaras y motores eléctricos, todo bajo el control de un PC. Puede clasificar hasta 7200 libros por hora.
Este equipo es capaz, a través de sus sistemas de scánneres, clasificar de acuerdo a los pedidos el destino de los libros a las 3000 librerías que conforman el sistema español.
El tema de esta automatización solo puede triunfar si se reduce drásticamente la diversidad. Bueno para ser sinceros algo de eso ocurre ya con la cantidad de libros en exhibición y los tiempos en las principales mesas. También ocurre con las prioridades que tienen las librerías y lo que se vende y lo que se considera potencialmente legible.
Si leemos sobre los otros productos que vende la empresa, o mejor dicho, los otros rubros tenemos el de la ropa donde la clasificación en colores y large, médium, xx, o xxx entre otros es limitada y con cruces de pocas variables, Benetton tiene hace años automatizada su salida a puerto a escala mundial de la unidad de colores.
Con respecto a Sade peor seria la clasificación en artículos de tocador.
Los puntos de venta ya sin automatización están con exigencias que dicen teenr que ver con el público, como por ejemplo tamaño del libro, y forma. Varias librerías rechazaron mi libro No todo es click por su tamaño pequeño. Debería haber escrito 100 páginas más a ver si entraba en esta clasificación manual. Para concluir esta automatización será exitosa reduciendo la oferta a lo vendible, y posiblemente matando la diversidad.
Besos
Carlos
Vaya, Carlos, has tocado en tu respuestas varios puntos que son neurálgicos y casi tabú:
1) El tema de los tiempos en exhibición es todo un problema, sobre todo en España. eso que llaman la rotación de los libros en los mesones. Hay librerías que parecen creer que todo deben ser novedades y luego está el tema de lo que más se vende, que no necesariamente es lo mejor literariamente hablando. de eso ya sabemos.
2) Es triste, en el mundo de los libros tener que ahorrar en clasificaciones, pero siempre la simpleza es lo mejor. Grandes categorías y pocas subcategorías (por eso es mejor apelar al orden alfabetico, aunque algunos clientes me han preguntado por qué no lo clasificamos por editoriales.
3) Lo de Sade en tocador va sin comentario.
4) Lo de tu libro es insólito y me recuerda el famoso cuento de la gente que compra enciclopedias por metros y colores para adornar las bibliotecas. Seguramente el tuyo es un libro desconcertante por el tamaño, pero insisto en que lo que debería importar es el contenido.
Esto debería ir a minipost 😉
besos,