Netscape desaparece, cierra o como quieran llamarlo, después del 1 de febrero. La noticia me da nostalgia y al mismo tiempo me lleva a pensar en la transitoriedad de muchos desarrollos en la red. Es obvio que se trata del navegador pionero de todos los que ahora conocemos y muy especialmente del que prefiero: firefox.
La desaparición de Netscape, nos demuestra, sin embargo, una de las principales características que debe tener cualquier desarrollo tecnológico: la flexibilidad que lo pueda llevar, incluso, hasta la aparente disolución pero al mismo tiempo a la supervivencia y fortalecimiento. Y digo aparente porque, a pesar de que ya no exista con ese nombre, su base conceptual es la que ha moldeado nuestra experiencia cotidiana en la red.
Nostalgia para quienes usábamos en varias ocasiones este explorador. Pero no creo que debamos tener pena, al contrario, considero que con Firefox, el espíritu de Netscape se mantiene vivo. Y como mencionas, ha moldeado nuestra experiencia de navegar en esta telaraña.