Vía @amfumero llegué a esta reflexión en torno a la privacidad y las redes sociales, que, en el fondo, es acerca de la situación de vulnerabilidad en la nos colocamos al entrar en una red social. El autor de ese post se extiende en las características de tuenti, detallando el poco control que tiene para que los usuarios guarden un poco de seguridad en torno a sus datos. Un par de párrafos:
A medida que iba utilizando Tuenti me iba escandalizando más; lo sé, no es popular criticar al chico más guapo de la clase, pero es sorprendente los usos que permite esta red social y que los mismos sean aceptados sin rechistar por sus usuarios, los cuales no pasan en muchas ocasiones los 14 años de edad. Tuenti se ha puesto de moda entre los adolescentes de nuestro país; raro es el estudiante de entre 14 y 18 años que no tiene una cuenta abierta en Tuenti para compartir sus fotos, vídeos y vivencias con su red de amigos o con el resto de usuarios del servicio web. Algunos usuarios desconocen el significado de las palabras “privacidad” o “intimidad”, y no lo critico; la ley y la jurisprudencia dicen que cada persona tendrá el ámbito de intimidad que, por sus propios actos, haya mantenido para sí.
El problema es que mucha de estas personas son menores de edad que, animados por sus compañeros de clase, se abren a cualquier usuario de Tuenti mostrándoles sus fotos, lugares de ocio, colegio al que van, amigos que tienen y en general datos que entiendo que deberían reservar para sí.
No es la primera vez que se menciona este tema de la seguridad y del acceso de los adolescentes a las redes sociales y del intercambio de datos personales. Una vez que publicas tu perfil, socializas tus datos de identidad y de contacto y una vez que lo haces, son de acceso público. Las consecuencias de esto ya han sido argumento para el desarrollo de episodios de series norteamericanas como CSI, Cold Cases y Without a trace, entre otros, y no es para menos.
La vieja conseja de «no hables con extraños» se reactiva por estos tiempos permanentemente. En algunos análisis se culpabiliza a los padres de no tener suficiente supervisión sobre lo que hacen sus hijos; estos muchas veces no tienen ni siquiera las herramientas para saber qué es lo que estos hacen en la web y la dificultad se acrecienta cuando las redes sociales han reconfigurado el concepto de amistad de una manera muy profunda, haciendo, incluso, que se trate de un asunto de status y de aceptabilidad: si no estás en facebook, por ejemplo, no eres nadie o te mantienes aparte de lo que pasa en la sociedad.
Los espacios de referencia son cada vez más las redes sociales: es allí a donde se están mudando los medios de comunicación, las empresas, las organizaciones, los colectivos de toda naturaleza y la presión que ejercen es muy fuerte. ¿Cómo decirle que no al amigo de un amigo? ¿Cómo decirle que no a alguien que quiere ser mi amigo cuando en algunas de estas comunidades me dicen que soy mejor mientras más contactos tenga? Este último creo que es un punto importantísimo.
Basta asomarse a la lista de Hi5 o MySpace de cualquier adolescente para darse cuenta de que es imposible manejar un universo humanos de ese calibre. Por otro lado, está el tema de la privacidad que ya mencioné en algún momento por acá y me resulta divertido leer en mi lista de twitter la siguiente frase (la copio anónima=: «Mi mamá se acaba de inscribir en facebook y me acaba de echar una tronco de vaina». Eso me lleva directo a rescatar mi post Redes sociales, privacidad y relaciones parentales donde hablé de eso y es que muchas veces el otro puede poner en evidencia datos de nosotros que no queremos mostrar, por ejemplo, a traves de las etiquetas a fotos y muchas veces a través de comentarios directos e indirectos.
Resumiendo y cerrando: el concepto de privacidad en las relaciones mediadas por la tecnología ha sufrido una metamorfosis drástica, ya que algunas de las barreras que pueden existir en el mundo real dejan de ser un impedimento para dejar entrar a otros a nuestra esfera de amistades. El concepto mismo de amistad ha cambiado radicalmente, así como el de soledad e identidad. El espacio virtual brinda una ilusión de seguridad que lleva a los navegantes a fluir en las interacciones desatendiendo algunos mínimos cuidados de resguardo personal.
El gran conflicto emerge en el punto en el que el mundo real y el mundo virtual se tocan. En los camino de las redes sociales aparecen los lobos y las abuelitas disfrazadas y, si, los niños y jóvenes son los más propensos a caminar contentos con sus ipods por la pradera, pero también cualquiera de nosotros. ¿Debemos resistirnos o más bien empezar a cuestionar la manera en la cual las redes avalan y motivan la puesta en riesgo de nuestra individualidad? ¿Qué de mi quiero mostrar? Con frecuencia, cuando nos lo preguntamos, ya no hay manera de recuperar el anonimato.
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CLARO ES QUE LOS MEDIOS NOS HACEN AUN MAS VULNEERABLES EN UN MUNDO INSEGURO QUE EL MUNDO FISICO, CON INTERNET SE DA LA DEMOCRATIZACION DE LA COMUNICASION ES QUE AHORA TODOS TIENEN LA CAPACIDAD DE COMUNICARSE CON TODOS Y EN TODO MOMENTO, LA POSIBILIDAD DE COMUNICAR HA HALLADO DESPREVENIDA A UNA AUDIENCIA QUE DESEA EXPRESARSE. HOY COMO NUNCA ESA EXPRESION EXIGE MENOS REQUISITOS, POR TANTO EL DESO LATENTE ENCUENTRE VIAS ACCESIBLES. ES NECESARIO UNA EDUCASION SOBRE LAS NUEVAS TECNOLOGIAS SOBRE TODO A NIVEL ESCOLAR, ES QIE PARECE QUE LA TECNOLOGIA SE NOS VINO MAS RAPIDO QUE LAS INSTRUCCIONES ES NECESARIO UNA REVISION DE TIPO ETICO-MORAL
SALUDOS DESDE BOLIVIA
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