La gran noticia del día y probablemente una de las más importantes del año: finalmente, después de muchos meses de tensión ha sido rescatada Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes que mantenían las FARC de Colombia.
La noticia es para alegrarse profundamente y me alegro mucho. No entraré, al menos ahora, en analizar la noticia pero no quiero dejar de hacerme eco de ella. Muchas cosas interesantes han ocurrido en este poco tiempo desde que se conoce la noticia. Lamentablemente yo no me encontraba conectada porque fue justo el tiempo en el que me trasladaba a mi casa para almorzar y fue justo en la sobremesa cuendo alguien gritó que encendiéramos la televisión que estaban liberando a Ingrid Betancourt.
Por supuesto, la sorpresa y correr a encender el televisor: discursos del ministro de la defensa y del jefe militar que guió la Operación Jaque gracias a la cual lograron, no solamente identificar el sitio donde estaban los secuestrados, sino llegar al campamento y rescatarlo y atrapar a los tres guerrilleros que los custodiaban.
Han pasado más de dos horas y aún no hay imágenes de ellos y es una sensación extraña porque no permite dejar aflorar la alegría del todo. Lo que ha habido detrás de esta liberación o rescate como algunos han hecho notar, ya se sabrá con más detalle. Muchas interrogantes serán respondidas en los próximos días pero ahora lo que hay que resaltar es la felicidad y el deseo por una justicia aún mayor a medida que se libere a quienes permanecen injustamente en cautiverio.
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