Lo escribo y no me lo creo del todo, pero sí, ya me empiezan a dar ganas de retomar este espacio. Pero de a poco, aún hay mucho vértigo alrededor, aún mucho vértigo interior, muchas cosas por hacer, resolver, organizar y tan poco tiempo para escribir que debo darle prioridad a los compromisos. Me niego a que Ciberescrituras se transforme en un compromiso aunque reconozco la importancia de darle seguimiento me he dado cuenta de que corro el riesgo de que se tranforme en más de lo mismo, o, más bien, en más de si mismo.
He tenido muchas cosas que decir, muchas cosas que comentar, muchas cosas que responder. Desde el libro de Lalo Zanoni, pasando por chrome hasta llegar a algunos de los lúcidos post de Carlos Neri en Moebius.
Durante este tiempo me ha ganado el microblogging a través de twitter, facebook y tumblr y no pocas reflexiones han venido de ello de cara al futuro de los blogs y de la escritura en la web. El conflicto en búsqueda de equilibrio entre la superficialidad y el análisis, entre la velocidad y la lentitud llega a veces a límites que nos llaman a parar y es sano hacerlo.
Mientras tanto, en la vuelta al vértigo citadino, espero y les dejo una imagen de mi oficina móvil, en uno de los poquísimos sitios en Caracas donde puedo hacer algo como esto:
A mi me viene pasando lo mismo y he decidido escribir en mi blog cuando tenga algo realmente original e innovador que decir. Respecto al microblogging puede comernos totalmente si no le ponemos un control parecido