El sector libro en el 2009: una perspectiva latinoamericana

Escribo el tíulo de este post y me suena pomposo, pero es que creo que es un ejercicio que necesitamos hacer y agradezco el impulso dado por Javier Celaya con la invitación a conversar acerca de su escrito sobre las Perspectivas 2009 en el sector del libro para el mercado español. Allí enumera 12 puntos que bien vale la pena repetir:

  1. La venta de libros descenderá en un 15%.
  2. Dada la sensibilidad del mercado por los precios, apuesta en firme por la edición de bolsillo.
  3. Varias editoriales iniciarán sus proyectos piloto de comercialización de libros electrónicos.
  4. Sorpresas durante la negociación de la cesión  derechos de edición digital.
  5. Creación del puesto de Director de contenidos digitales en los grupos editoriales.
  6. Rediseño de las webs de las editoriales con el fin de rentabilizar su presencia en la Red.
  7. Apuesta en firme por la venta directa de libros (papel y digital) a través de las nuevas webs para incrementar los márgenes
  8. Reducción de la inversión publicitaria y patrocinio en medios tradicionales (suplementos, revistas, etc.). Trasvase de una parte de esta partida “ahorrada” a medios digitales.
  9. Presencia activa de las editoriales en las redes sociales. Alguna de ellas, hasta se convertirá en accionista…
  10. Los soportes de lectura de libros electrónicos, los famosos e-readers, se convertirán en el regalo estrella de la Navidad 2009.
  11. Un periódico de tirada nacional comercializará estos e-readers en los kioscos por 10 cupones y unos 125 euros.
  12. Varios proveedores internacionales de digitalización de libros ofrecerán sus servicios en el mercado español.

El ejercicio que quiero hacer hoy es el de hablar de la perspectiva del sector libro para el 2009 en América Latina, donde la circunstancia es distinta y los puntos de análisis no se centran (al menos hasta donde lo veo en estos momentos) tanto en el impacto de las nuevas tecnologías sobre la producción y el acceso al libro, sino más bien en la producción y  la circulación del mismo en términos absolutos (casi a la manera clásica).

Es obvio que a nivel general vivimos en el 2008 un cénit en el que dos tendencias se encontraron, una para subir y la otra para bajar. La que ha subido es la de la aceptación, promoción y distribución de las publicaciones digitales y la que ha bajado es la de la producción y adquisición del libro de papel a nivel general.

Y quisiera poder decir que en América Latina tendremos el mismo comportamiento y que veremos proliferar las ediciones digitales pero dudo, como dije arriba, que eso vaya a ocurrir durante este año, con las honrosas excepciones de los países lideres en el mundo editorial del continente (México, Colombia y Argentina). De ellos, seguramente México será el que encabece las innovaciones en ese sentido, ya que es allí donde se están empezando a implementar algunas iniciativas concretas como la de la Librería Gandhi que ya empezó a vender el Sony e-reader y abrió, en acuerdo con Publidisa, su tienda virtual de libros electrónicos.

El mercado editorial latinoamericano depende mucho (demasiado, para decirlo francamente) del mercado español pero, al mismo tiempo es independiente de él porque juega de acuerdo a leyes distintas de comportamiento. La producción, promoción y circulación de los libros en uno y otro entorno es distinto porque el público lector también lo es porque las políticas públicas en relación al libro también lo son.

Una de las cosas que me atrevo a vaticinar es un mayor hincapié en la región por la promoción de la lectura. Volviendo a México, resulta emblemática la implementación de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, a pesar de las críticas que seguramente pueda haber en torno a ella es una demostración de que hay que articular esfuerzos desde lo público y que integren al sector privado para brindar al libro y a la promoción de la lectura un lugar protagónico.

Mientras escribo me doy cuenta de que tiendo a pensar en dos planos: por un lado en el plano de lo existente y por otro en el de lo necesario. En cuanto a lo existente no veo en perspectiva una mejora en la distribución intraregional de los libros editados en cada uno de los países del continente. La ya denunciada fragmentación del mercado editorial latinoamericano hace que se sepa más de lo que se edita en España que lo que se escribe y publica en los países vecinos. A mi juicio, esa sigue siendo una de las trabas más importantes para la consolidación y fortalecimiento de un mercado regional. Altos costos de edición y transporte están probablemente entre las principales razones de ello.

Existe una marcada presencia de Editoriales transnacionales en América Latina pero ello no se ha traducido en una mejora de la circulación de los libros ni de la promoción de los escritores de la región quienes siguen dependiendo en gran medida de mercados locales y ven a las casas matrices en España como el gran trampolín para darse a conocer. Donde si estoy observando un movimiento interesante es en la entrada de los propios editores, y más lentamente de las editoriales, en las redes sociales. En facebook, por ejemplo, que es el ejemplo que tengo más cercano, es notoria la presencia de grupos dedicados al seguimiento de escritores y, también, de los escritores mismos que hacen alli su espacio para promocionar sus publicaciones. ¿Es quizás entonces la independencia de creadores y editores lo que estaremos viendo en los próximos tiempos? La búsqueda de una cercanía más directa con los lectores y seguidores de la obra es uno de los beneficios más claros para quien quiere promocionar su obra y ello claramente afecta de manera negativa a los mediadores tradicionales, léase, las editoriales.

Dejo fuera, para no cansar en la lectura, un par de temas que no por débiles en el continente dejan de ser potencialmente interesantes: el de las ediciones por demanda o autoediciones, el de las ediciones digitales y el del libro universitario que ya está dando bastante que hablar en los Estados Unidos y que acá en América Latina apenas es reconocido como un problema pero que tiene magnitudes importantes en países como el mío, Venezuela, donde la mejor defensa es un ataque a la piratería y donde los estudiantes sostienen sus insumos documentales a punta de fotocopias. Es una ilusión pensar en un Kindle en cada morral o mochila universitaria. Enpezamos por la OLPC o la Magallanes. Lo que está claro es que no es la tecnología per se sino el uso que hagamos, en este caso, para dar mayor accesibilidad a los libros, promover la lectura y enriquecer la educación.

Algunos textos que pueden ser interesantes:

Mercado editorial latinoamericano no invierte en ediciones electrónicas
‘Me da pena el mercado editorial latinoamericano’
De editores, libros y lectores (Garcia Canclini)
Nuevas tecnologías: oportunidades y desafíos para el sector editorial
El espacio iberoamericano del libro 2008 (pdf)
Libros: viene la era digital

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Acerca de Juliana Boersner

Psicóloga Social, Máster en Estudios Literarios y en Bibliotecología y Ciencias de la Información. Docente universitaria, editora, librera. Fanática de las tecnologías de información y su impacto sobre los seres humanos, sus relaciones, su identidad. Humanista digital y analista del tema editorial con especial foco en futuro del libro y la edición.
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